Iniciativas para acompañar a las personas mayores en la cuarentena

El aislamiento preventivo genera nuevas complicaciones en este grupo de edad que los gerontólogos tratan de contener trabajando en redes de apoyo.

08-04-2020

La Universidad se encuentra trabajando para paliar los efectos negativos de la cuarentena en personas mayores tales como los sentimientos de soledad y de pérdida de autonomía, según explicó la directora de la Especialización en Intervención y Gestión Gerontológica y del Programa Ancestras, Mónica Navarro

En ese sentido, destacó que desde el Programa están creando enlaces a través de las redes sociales para que las mujeres mayores estén activas durante la pandemia, compartiendo materiales y experiencias.  La especialista también destacó la labor que realiza la red de voluntarios de PAMI mediante contactos telefónicos, que permite que quienes todavía no tienen acceso a la computadora “tengan el llamado de alguien que sostiene de alguna manera el estar dentro de la casa”. 

De acuerdo a ella, en esta coyuntura es clave “mantener puentes de comunicación” y facilitar que las familias estén presentes “no solo en la atención de las necesidades cotidianas de sus mayores, sino en la sensación que hay que generar de estar comunicados, de seguir siendo parte”. 

Navarro apuntó que “la pandemia revela una serie de situaciones críticas en nuestro país”,  entre ellas la enorme cantidad de personas de 60 años y más que viven solas. Como informó, son aproximadamente  1.200.000, la mayoría de ellas mujeres. “Vivir solo es una situación de riesgo para aquel que no tiene recursos ni vínculos”, aseguró.  Además,  advirtió sobre la disminución en la capacidad de asistencia. “Si bien hay permisos,  no es tan sencillo brindar cuidados domiciliarios en condiciones de pandemia, eso se ha visto muy afectado, por eso es tan importante el trabajo en redes que venimos haciendo”,  continuó. 

Pero también están las personas mayores que comparten techo con familiares de otras generaciones. “En estas convivencias multigeneracionales se están registrando tensiones, hay un crecimiento de las situaciones de violencia”, aseguró Navarro, y recomendó que cada miembro del grupo familiar se arme una rutina y encuentre momentos para aislarse y tener algo de intimidad en los hogares. “Ahora es donde más hay que capacitar a las personas para relacionarse de forma saludable con los mayores”,  señaló. 

Navarro se refirió aún a la actuación del Gobierno Nacional en esta crisis.  “Desde el primer momento hubo una voluntad política de proteger a este grupo, realizando un cuidado dentro de la comunidad único, particular y dirigido especialmente a él, a diferencia de otros países que han adoptado medidas altamente discriminatorias”, comparó, y mencionó el caso de Bélgica, cuya sociedad de Gerontología y Geriatría recomendó recientemente “no hospitalizar a los ancianos más débiles afectados por el Coronavirus y dejarlos morir en las residencias”.    

Para ella, la emergencia sanitaria saca a la luz desigualdades, diferencias y dificultades pero también fortalezas, recursos y solidaridades. “Hay que destacar el valor que tienen en este marco la economía solidaria, las organizaciones sociales territoriales y entre ellas los feminismos y movimientos de género, que están reelaborando y debatiendo el cuidado en medio de una crisis única”, indicó, y dijo que en ese sentido la Universidad ha estado atenta a crear espacios de formación como la Diplomatura en Servicio de Cuidados a Personas Mayores y su Organización Cooperativa, dirigida por ella, Jorge Bragulat y Marcela Freytes

La gerontóloga concluyó que todo lo que está ocurriendo con el Coronavirus “nos va a exigir trabajar mucho la imagen social de la vejez, el acceso de los mayores a la tecnología y cómo  retomar su participación en los espacios sociales luego de las restricciones”.