La participación activa de los estudiantes en el proceso de enseñanza y aprendizaje

A través del proyecto Mala Praxis, investigadores de la UNTREF capacitaron a profesores de educación secundaria para profundizar nuevas prácticas profesionales que incluyan al alumnado en la planificación escolar.

12-11-2021

El proyecto Mala Praxis finalizó su ciclo anual de charlas y capacitaciones con docentes y autoridades de escuelas secundarias con un objetivo definido: que a través de la presentación de proyectos que combinen arte, ciencia y tecnología los estudiantes sean partícipes reales en la construcción del conocimiento.

Impulsado por la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil, a través de la Licenciatura en Artes Electrónicas y la Maestría en Tecnología y Estética de las Artes Electrónicas, Mala Praxis es un dispositivo de intervención artístico-pedagógico en el aula gracias al cual los estudiantes de secundaria son asesorados por alumnos y docentes universitarios para realizar proyectos durante el ciclo lectivo, promoviendo un aprendizaje distinto al tradicional. 

La iniciativa, que tuvo su comienzo en el año 2010 en la Escuela Secundaria Nº 8 de Caseros, forma parte de un sistema de educación que combina ciencia, tecnología, ingeniería, matemática y arte, logrando que los jóvenes perciban el ingreso a la universidad como un destino alcanzable para todos los alumnos y las alumnas que en la actualidad se encuentran finalizando el nivel de enseñanza medio. El conocimiento, entonces, no es comprendido en tanto contenido aislado, sino que constituye un campo integrado que existe en y desde la mirada del alumno. Es él quien lo construye activamente desde la praxis, confrontando saberes y nutriéndolo de su bagaje y experiencias para formularse nuevas preguntas, inventar respuestas, seguir intuiciones y asimilar conexiones.

Luego de tres reuniones de capacitación que se llevaron a cabo en forma virtual durante el 2021, representantes del proyecto de la UNTREF, docentes de colegios de Tres de Febrero y Hurlingham y autoridades del área de Educación del distrito mantuvieron un encuentro presencial de cierre en la Escuela Técnica Nº1 de Santos Lugares. “Las capacitaciones tuvieron como objetivo que los docentes implementaran actividades interdisciplinarias desde el arte y la ciencia en sus asignaturas, explorando territorios alejados del saber tradicional”, explicó el tutor artístico e integrante del equipo de Mala Praxis, Ángel Salazar.

 

Paisajes lunares

Una de las propuestas que surgieron en la interacción entre docentes y estudiantes fue Paisajes Lunares, idea que nació en la escuela Nº1 de Hurlingham. En su proceso de aprendizaje, y en el campo de la ciencia y la tecnología, un alumno llamado Nicolás indagó sobre los principios de la energía eléctrica y mecánica, así como en el desarrollo de cristales de cobre y azúcar. Tales conocimientos adquiridos durante el proyecto le permitieron construir una máquina inspirada en la linterna mágica, aparato óptico precursor del cinematógrafo.

En el laboratorio de química, el estudiante empleó esta máquina para proyectar imágenes en movimiento que hacían referencia a un espacio de observación interior, un espacio-tiempo donde el encuentro con el otro permitió un mutuo reconocimiento. Toda esta experiencia permitió reconocer a la escuela como un lugar propio y resignificó el espacio del aula, transformando el sentir-pensar del día a día escolar.

“Mala Praxis está arraigado en la UNTREF. Si bien nació desde la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil, hoy tiene vínculos en la Secretaría Académica a través del programa Seguir Estudiando y en la Secretaría de Investigación y Desarrollo. Por otro lado, en las escuelas ya dejó de ser una prueba piloto y tomó fuerza como un experiencia plenamente instalada en la educación media”, sostuvo el director de esta iniciativa, José María D’Angelo, quien valoró a esta actividad como un “ejemplo” de articulación entre Universidad y escuelas secundarias.

Para D’Angelo esta propuesta cambia la visión que tienen tanto el estudiante como el docente sobre el proceso de enseñanza y permite la innovación y la experimentación a partir de la inter y la transdisciplina. “Modifica, por completo, el modo de aprender y el modo de enseñar y juega en el límite siempre difuso que existe entre las disciplinas, permitiendo que participen e influyan muchas veces varias propuestas en una”, agregó el director del proyecto y manifestó que “consideramos importante ampliar nuestra presencia en diferentes escuelas a modo de democratizar este aspecto pedagógico”.  

 

La escuela que se viene

Participantes de la reunión de cierre, las docentes de la Escuela Nº 8 de Caseros Patricia Caré y Elisa Puglisi dijeron que Mala Praxis inaugura “un eje fundamental para la escuela que se viene”. Para Caré “los chicos necesitan vincular materias y darle sentido a lo que estudian, alejarse de alguna manera a la enseñanza tradicional en la que el docente tiene la verdad única y absoluta para compartir un espacio en el que el conocimiento se construye entre todos”.

A su vez, Puglisi consideró que Mala Praxis “le viene muy bien al docente y lo ayuda a descontracturar su práctica y evitar caer siempre en la repetición de contenidos y de modalidades de enseñanza”.

Finalmente, la inspectora Jefa Distrital de Tres de Febrero, Marcela Ciampagna, concluyó que la articulación entre la universidad y la escuela secundaria es fundamental para que los estudiantes y docentes de instrucción media conozcan las modalidades de enseñanza propias del ámbito universitario e intercambien experiencias que alienten a los alumnos a continuar su formación en la educación superior.

“Este proyecto que nació en la UNTREF y hoy ya es parte de la currícula de las escuelas es necesario y pertinente para que se adopten nuevas formas de enseñanza que articulen las diferentes disciplinas y nos ayuden a pensar constantemente en aspectos renovadores en la actividad docente”, remarcó Ciampagna.  

El equipo de trabajo está conformado, además de José María D’Angelo y de Ángel Salazar, por su directora Mariela Yeregui, la coordinadora Claudia Stracquadaini, el coordinador técnico José Sebastián Velasco Pasquel y los tutores artísticos María del Rosario Cabaleiro, Sebastián Friedman, Guadalupe Chávez, Marlin Velasco Gamez y Santiago Villalba.