El futuro de la educación en Iberoamérica

Con la participación de expertos de dieciséis países, se celebró la octava edición del congreso más importante sobre sistemas e instituciones educativas iberoamericanas.

17-08-2018

Más de mil investigadores y profesionales de la educación se reunieron en el VIII Congreso Iberoamericano de Pedagogía bajo el lema La innovación y el futuro de la educación para un mundo plural, organizado por la UNTREF, a través del Núcleo Interdisciplinario de Formación y Estudios para el Desarrollo de la Educación (NIFEDE) y la Cátedra UNESCO Educación y Futuro en América Latina. Reformas, cambios e innovaciones, en conjunto con la Sociedad Española de Pedagogía (SEP). 

El evento realizado en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) contó con la cooperación del Ministerio de Educación de la Nación, la UBA y la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI). “Este proyecto está marcando la fuerza de la universidad pública argentina en un momento complicado para nuestro país en general y la educación en particular”, expresó durante el acto de apertura  el rector de la UNTREF, Aníbal Jozami. Como explicó, en ese marco se planteó la necesidad de dar todo el apoyo institucional al congreso, en el que se presentaron ponencias e investigaciones dedicadas a la innovación tecnológica, la inclusión social en la educación, el derecho a la educación, la interculturalidad y las relaciones de género, entre otros temas. 

Sobre la Reforma Universitaria de 1918, Jozami dijo que se deben rescatar valores como la integración regional y la extensión. “Creemos que la universidad pública, que es una institución mantenida con los dineros del pueblo, tiene que estar presente en la mayor cantidad de actividades para el bien de la comunidad”, aseguró. 

Dania Tavella, Secretaria de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación, se refirió al papel de los docentes. “Como docentes tenemos que acompañar a los estudiantes en su camino al éxito. Un éxito que puede ser medido por su graduación, su desempeño o por las competencias que adquieran, pero que además debe ser medido por aquellas contribuciones que puedan hacer a la sociedad. Es necesario tener un rol activo en ese tipo de formación”, afirmó.

El director del Congreso y de la Cátedra UNESCO Educación y Futuro en América Latina, Norberto Fernández Lamarra, expuso los dilemas de la educación en un mundo en constante cambio. “Es muy difícil imaginar cómo será nuestra región en el año 2040 o 2050. No dejamos de asombrarnos ante los desarrollos exponenciales de la ciencia y la tecnología, la informática y  las comunicaciones, la nanotecnología y la biotecnología. Nuestro desafío es pensar cuáles serán las políticas, los contenidos y las metodologías de enseñanza necesarias en nuestras escuelas y universidades para hacer frente a estos nuevos contextos. La educación del futuro es hoy”, indicó. 

Además, el especialista mencionó que todavía hay cuestiones de nuestro presente por resolver, como la fuerte situación de desigualdad. “Nuestros sistemas educativos son sistemas de vallas sucesivas que terminan alentando el abandono de los estudios. Y esto ocurre a pesar de que se han hecho grandes esfuerzos para la extensión de los servicios educativos. Muchas veces se señala como responsables a las mismas víctimas, sin asumir que la responsabilidad es de los modelos educativos del pasado. Nuestra tarea es construir pedagogías superadoras, plenas de innovación”, enfatizó. 

En la misma línea, Cristian Pérez Centeno, coordinador de Posgrados de la UNTREF y coordinador general de la Red Argentina de Posgrados en Educación Superior (REDAPES), entidad que celebró su cuarto encuentro nacional y latinoamericano en el marco del congreso, comentó los peligros de ciertas lógicas. “Una idea central de nuestras discusiones son las dificultades para sostener un financiamiento, los problemas de no poder contar históricamente con un presupuesto público para el nivel de posgrados en nuestro país. Al retacear su presencia, el Estado entrega servida en bandeja al mercado las decisiones político-educativas”, sostuvo. 

De la inauguración también participaron el vicerrector de la UNTREF, Martin Kaufmann, el presidente de la SEP, Gonzalo Jover, el director de la Oficina Argentina de la OEI, Andrés Delich, el decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, Ricardo Pahlen Acuña, y el jefe de Política Educativa del sector Educación de la UNESCO, Francesc Pedró

Escenarios

Hubo un panel dedicado a pensar los cambios en marcha y los escenarios futuros, donde sobresalieron las presentaciones de Francesc Pedró y de Ramón López Martín, de la Universidad de Valencia. Pedró explicó que se están encarando reformas importantes en el currículo escolar de varios países. “En algunos casos han desaparecidos las asignaturas porque se está poniendo énfasis en las competencias transversales, que plantean trabajar sobre centros de interés con una abordaje interdisciplinario”, comentó. Esto viene ocurriendo en Finlandia desde 2016, algo parecido sucedió en Noruega y hoy se está implementando en Ontario (Canadá) y Singapur. “Entre esas competencias están la capacidad de comunicación, el sentido crítico y el trabajo en equipo”, prosiguió el experto. 

El representante del organismo internacional afirmó que hay una tendencia a darle preponderancia a la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. “Se están privilegiando estos contenidos por considerar que son importantes para el desarrollo económico de un país. Pero lo que nos hace humanos no es lo que está ahí. Habrá que buscar un equilibrio, aunque parece difícil”, señaló. 

En sintonía con eso, se les está dando relevancia a los conocimientos digitales y en programación y robótica, como viene pasando en Estonia e Inglaterra. “En países como Estados Unidos se propone para el nivel preescolar, por la capacidad que tienen estas materias de generar una sinergia con el juego infantil. Se considera que aprender a programar es aprender a racionalizar problemas”. 

Pero Pedró también se detuvo en los procesos pedagógicos, asegurando que se aprecian dos grandes movimientos. El primero tiene que ver con la constatación del aprendizaje basado en proyectos o problemas. “Está emergiendo como el nuevo estándar pedagógico, y no excluye para nada el ámbito de los ciencias sociales y humanas. He estado en escuelas de Argentina en las que se utiliza este modelo para el análisis de problemas de la comunidad, por ejemplo en temas vinculados a la contaminación o la falta de trabajo”, ilustró. 

La otra transformación que se está operando viene de la mano de la personalización del aprendizaje. “El trabajo pedagógico de verdad debe desarrollarse teniendo en cuenta las peculiaridades de cada alumno. No todos vienen de los mismos contextos sociales y familiares, no todos tienen las mismas necesidades pedagógicas o ambiciones. La personalización es una línea inevitable en el futuro”, evalúo. En universidades inglesas como Oxford o Cambridge, la experiencia universitaria no es la de asistir a clases sino la de estar cerca de un tutor, ejemplificó el especialista. 

Retos

Por su parte, López Martín aportó algunas reflexiones sobre las sendas que debería transitar la educación en el futuro. Según él, la educación no puede renunciar a la construcción de una ciudadanía participativa, crítica y responsable. “Las instituciones educativas no solo deben fomentar el conocimiento de los derechos, deberes y libertades fundamentales, sino que deben constituirse en talleres experienciales y actitudinales en los que se consolide el ejercicio de esos valores democráticos”, consideró. 

Otro de los retos de la educación es que deberá reforzar la convivencia y los saberes para interactuar con los otros, sobre todo en sociedades cada vez más multiculturales. Asimismo, deberá garantizar el bienestar de toda la población. “Para que eso suceda tenemos que pasar de la cultura de las necesidades a la necesidad de una cultura del bienestar”, expresó. 

En su apreciación, otro de los objetivos es ganar el desafío digital. “Esta necesaria integración de las tecnologías en los procesos formativos no asegura las buenas practicas pedagógicas. Las competencias no tienen que enfocarse en el uso sino en las posibilidades de creación que esas tecnologías nos permiten”, resumió. 

Por último, habló de la necesidad de desarrollar un aprendizaje para toda la vida, como formuló la UNESCO en 2014,  y resaltó que la educación es siempre una tarea de esfuerzos compartidos: “Sin eso nuestro objetivo de pensar el futuro de la educación no tendría sentido”, concluyó.

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