Pérez Esquivel: “no podemos construir una sociedad mejor si existen casos impunes”.

El Premio Nobel de la Paz de 1980 fue el orador principal en la presentación del libro "Maxi González, 20 años de impunidad".

04-11-2019

"No podemos cambiar al mundo si no conocemos al que está sentado al lado nuestro. Tenemos que unirnos y ser solidarios entre nosotros y mantener las esperanzas de construir una nueva sociedad en donde no existan las injusticias", les dijo Adolfo Pérez Esquivel a casi 150 familiares de víctimas del gatillo fácil en la presentación del libro Maxi González, 20 años de impunidad. El evento, que se llevó a cabo en la Sede Caseros II de la UNTREF, recordó la desaparición y muerte del joven Maxi González, de 20 años, vecino de Tres de Febrero, cuya causa involucró una serie de errores de investigación judicial y policial.

Si bien la actividad fue organizada por la Asociación de Víctimas de la Impunidad sin Esclarecer (AVISE) y giró en torno a la presentación de la publicación escrita por Adoración Gutiérrez, fue un momento ideal para reunir a otras personas que además de sufrir el asesinato de un ser querido deben lidiar con la falta de justicia y ver que quienes arruinaron sus vidas no cumplen condena alguna.

"Estamos en esta Universidad para hacer memoria pero no para quedarnos en el pasado", continuó Pérez Esquivel. El docente y activista por los Derechos Humanos, quien escribió el prólogo del libro presentado en la UNTREF, reconoció la importancia de mantener viva la memoria –ya que según él "nos ilumina la vida"– pero también sostuvo que es fundamental seguir luchando contra las injusticias y en defensa de la democracia. "Si se violan los Derechos Humanos las democracias se debilitan y no podemos construir una sociedad mejor en donde sigan existiendo casos impunes", afirmó.

El 8 de enero de 1999 Maximiliano González salió temprano de su casa con la intención de juntarse con unos amigos para jugar al fútbol y nunca más regresó. Un día después, Rosa García, su madre y principal motor de la investigación, lo halló muerto en uno de los galpones de los ex talleres Alianza en el barrio de Santos Lugares. La primera hipótesis policial fue que Maxi se había caído de un paredón y se había golpeado fuertemente en la cabeza. Gracias a testigos y años de trabajo, su familia descubrió que había agentes de la Policía Federal sospechados de haberlo golpeado hasta matarlo. En un juicio oral y público fue absuelto el principal acusado, el ex policía Diego Ignoto, y en la actualidad el caso está en manos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Aunque las Fiscalías confirmaron el crimen, aún no hay sentenciados.
Adoración Gutiérrez, abogada de la familia González y autora del libro, definió la publicación como un instrumento más para mantener viva la memoria de Maxi "aunque él siempre estará vivo en nuestros corazones". La autora destacó que en sus páginas se puede vivir en primera persona la lucha incansable de los familiares por hallar justicia y como parte del evento, dos amigos y el hermano de la víctima leyeron, emocionados, algunos pasajes.

"Quiero agradecer profundamente a la UNTREF y al secretario de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil, Gabriel Asprella, por apoyarnos y facilitarnos este espacio. Les quiero contar que hace unos días le hablé a Maxi y lo dejé ir. Esa misma noche tuve un sueño en donde él me decía que estaba bien, que me apoyaba en cualquier decisión. Voy a seguir reclamando justicia pero les aseguro que estoy en paz conmigo misma y con todo lo hecho hasta el momento. Al asesino de Maxi le digo que nunca pudo sacármelo, ya que él siempre estuvo conmigo", expresó Rosa García.

A lo largo de toda su trayectoria Adolfo Pérez Esquivel remarcó la importancia del trabajo en conjunto por sobre el individualismo. En esta ocasión, uno de los cinco argentinos ganadores de un Premio Nobel, volvió a destacar el valor de la solidaridad y les pidió a los presentes que "no dejen de sonreírle a la vida. El día que dejen de hacerlo es porque las vencieron y eso nunca debe suceder. No estamos en esta vida inútilmente, estamos por algo y seguiremos caminando juntos para encontrarle el sentido".      

La labor de Pérez Esquivel continúa hasta el día de hoy en defensa de la vida, la educación para la paz, los Derechos Humanos, los campesinos, los necesitados y los pueblos latinoamericanos. Actualmente, además de presidir el Consejo Honorario del Servicio de Paz y Justicia Latinoamericano y de la Comisión Provincial por la Memoria, es residente de la Liga Internacional para los Derechos Humanos y la Liberación de los Pueblos, con base en Milán, Italia

Al mismo tiempo, integra el Comité de Honor de la Coordinación internacional para el Decenio de la No-Violencia y de la Paz y es también presidente honorífico de la Fundación Universitat Internacional de la Pau de Sant Cugat del Vallés (Barcelona). Desde 2004 forma parte del Jurado Internacional del Premio de Derechos Humanos de Núremberg, que cada dos años distingue a organizaciones o personas que se destacan en la promoción y defensa de los derechos humanos en el mundo, aun con el riesgo de su propia vida.