¿Qué es la economía feminista?

En una entrevista con Estación UNTREF, Florencia Cascardo, docente e investigadora de la Universidad, habló sobre este concepto y su vinculación con la economía social y solidaria.

15-12-2017

Florencia Cascardo es docente en el Posgrado en Economía Social y Dirección de Entidades Sin Fines de Lucro, investigadora del Centro de Estudios de la Economía Social (CEES) y miembro de la Red Interdisciplinaria de Estudios de Género. En noviembre fue disertante en el encuentro Género y economía social y solidaria, donde junto a las especialistas Marina Becerra y Mónica Navarro, hablaron acerca de las desigualdades de género en los diferentes ámbitos y su traducción en la economía y también sobre las miradas alternativas a la economía de mercado, para lo cual contaron con las experiencias de diferentes cooperativas y entidades de la economía social y solidaria. En este marco, Florencia fue entrevistada en el programa Somos de Acá, donde habló sobre todos estos temas.

La economía y la desigualdad de género

Aunque en la actualidad las mujeres han conquistado algunos de los derechos que para las primeras feministas representaban una utopía, las estadísticas muestran que queda mucho por hacer. Mientras que las mujeres suelen insertarse en trabajos que tienden a reproducir los estereotipos de género (por ejemplo, los que tienen que ver con la educación de los más jóvenes o el cuidado de los mayores), quedan reservados para los hombres los puestos de dirección y de mayor poder tanto en empresas, organizaciones, universidades o en el Estado mismo.

Como explicó la investigadora en Estación UNTREF, a partir de la división de roles de género de la sociedad, se fue dando una separación entre lo público y lo privado, lo que implicó un desigual inserción al mundo del trabajo en la que los hombres quedaron a cargo de la esfera de lo público y las mujeres fueron desplazadas al ámbito de lo privado: lo que en la economía se traduce en que el hombre sale a trabajar y la mujer se queda en la casa haciendo las tareas del hogar.

“El tema es que el trabajo de la mujer en el marco del sistema económico capitalista es un trabajo no reconocido como tal, si no totalmente invisibilizado”

Siguiendo esta línea, describe Florencia, la economía feminista nace para evidenciar el carácter de trabajo que tienen las actividades llevadas adelante por las mal llamadas “amas de casa”, entendiendo que son indispensables para la reproducción del propio sistema. “Si vos no tenés a alguien que cuide a los hijos hasta que se inserten al mercado laboral y se conformen en una fuerza de trabajo que genere plusvalía, no se reproduce el sistema. La mujer sostiene todo un sistema a partir de su trabajo no remunerado”, expresó la docente.

Otro camino es posible: la economía social y solidaria

La concepción de la economía desde una perspectiva de género propone una nueva forma de reconocimiento del trabajo que se pone en relación con la economía social y solidaria. “Se plantea una economía que no se base en la exploración de la vida de las mujeres, ni de los recursos naturales para una acumulación infinita en el mercado, sino que se repiensen las prácticas que se van llevando a cabo” manifestó Florencia y agregó que desde el CEES se promueve una mirada de la economía no desde su concepción clásica de acumulación de capital centrada en el mercado, si no como la reproducción ampliada de la vida, es decir, regida por otro tipo de principios que tienen que ver con la reciprocidad, la mutualidad y el intercambio consciente.

“La economía feminista va más allá de la igualdad de hombres y mujeres. Lo que busca es un cambio estructural en lo que es la economía y los sistemas de trabajo. Pone la vida en vez de la acumulación en el centro”

En este sentido, la economía feminista y la economía social y solidaria se configuran hoy como una estrategia de reproducción y sostenibilidad diferente a la basada en el intercambio mercantil y, a largo plazo, como un proyecto de transformación social.