Combate contra el mosquito transmisor del Dengue

La UNTREF continúa avanzando con acciones dentro del proyecto de Extensión que busca concientizar sobre los modos de prevenir las enfermedades provocadas por el Aedes aegypti.

21-08-2018

A través de las Licenciaturas en Enfermería y Estadística, el proyecto Nuestra relación con Aedes, aprobado por el Ministerio de Educación de la Nación y coordinado por la doctora Nidia Ferrarotti, sigue avanzando con acciones de difusión en la comunidad estudiantil con el objetivo de generar conciencia en el Partido de Tres de Febrero sobre las responsabilidades comunitarias en el control de las enfermedades provocadas por el mosquito Aedes aegypti.

Para llevar adelante este proyecto, se realiza la entrega de folletos en calles y en el Consultorio Saludable de la UNTREF, de dispositivos porta SUBE con la consigna: Un presente sin mosquitos es un futuro sin dengue y autoadhesivos con la misma leyenda para pegar en los colectivos que circulan por la zona. 

Además, se colocaron banners con información útil en las sedes de la UNTREF y desde su consultorio, que funciona en Caseros II, se planea en los próximos días capacitar a alumnos para ampliar la campaña de prevención a otras partes del territorio. “Vamos a formar en este tema a quienes cursan el Plan FINES en nuestra Universidad para concluir el secundario. Su ayuda va a ser muy valiosa porque con ellos se va a poder llegar a los barrios más vulnerables”,  agregó la coordinadora del proyecto. Además, se está planificando una difusión radial con los estudiantes de Enfermería y según comentó, algunos docentes de la carrera realizan actividades de difusión en las plazas del partido. 

“Los estudiantes son miembros de la comunidad y conocen a los vecinos y sus necesidades. Ellos hicieron las propuestas y nosotros los acompañamos para que las lleven a cabo”, dijo la profesora sobre la importancia de los alumnos en este proyecto.

La propuesta surgió a partir de un trabajo práctico realizado por los estudiantes de primer año de Enfermería en el transcurso de la asignatura Microbiología y Parasitología, para el que se les solicitó que investigaran los hábitos del mosquito propagador de virus como Dengue, Zika, Chikungunya y Fiebre Amarilla. Luego apareció la idea de producir imágenes con mensajes dirigidos a la población en general. “Los estudiantes constituyen la primera línea de referentes sociales en el ámbito de la universidad y enseguida se evidenció un fuerte compromiso de su parte. Eso llevó a la presentación formal del proyecto”, explicó la profesora.

Hay dos aspectos básicos que contempla esta iniciativa. Por un lado, se hizo un diagnóstico de situación en la comunidad considerando la percepción de las personas y lo que en realidad ocurre respecto al control y la erradicación del mosquito. La segunda, todavía en marcha, consiste en realizar intervenciones de educación para la salud en el Partido de Tres de Febrero.  

Un eslabón importante del trabajo fue la confección de una encuesta, en la que colaboraron los estudiantes de la Licenciatura en Estadística. “Como conclusión de este relevamiento que se hizo en tres de la sedes de la Universidad, encontramos que si bien los encuestados conocen las pautas de prevención y erradicación del mosquito, en la práctica no lo efectivizan o le atribuyen un rol preponderante a las instituciones gubernamentales más que a las acciones domésticas. En suma, saben lo que tienen que hacer pero no lo hacen”, indicó la especialista. 

Consultada por la situación epidemiológica del dengue, Ferrarotti indicó que la enfermedad avanza por nuestra geografía en forma de brotes esporádicos, restringida a los meses más calurosos. “Las zonas con mayor riesgo corresponden al norte y centro-este de Argentina donde las altas temperaturas, las precipitaciones abundantes, la presencia de grandes cursos y reservorios de agua y el desarrollo de vegetación, favorecen la permanencia del vector”, señaló. Otro factor a considerar son las importantes concentraciones de población, como sucede en Rosario, Santa Fe y el Área Metropolitana de Buenos Aires.  

El mosquito prolifera en áreas de temperatura y humedad elevadas, donde llueve mucho y en zonas urbanizadas”, sintetizó la experta.

De acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2016 se reportaron 41.211 casos por análisis de laboratorio y 10 casos de muerte por Dengue, en tanto que en 2017 hubo 254 casos confirmados. “Esto no significa que la infección esté en retroceso. Mientras esté presente el mosquito en la región, el riesgo está latente”, advirtió.

Como señala Ferrarotti, entidades nacionales como el Ministerio de Salud de la Nación e internacionales como la OMS, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Centro de Control de Enfermedades (CDC) resaltan la importancia de erradicar los huevos y larvas del mosquito para evitar nuevos brotes epidemiológicos.

Desde las instancias gubernamentales también se establecen fumigaciones en las áreas con mayor incidencia de casos. “La aplicación de insecticidas está dirigida a eliminar los mosquitos adultos que pueden transmitir el Dengue. Su implementación debe ser evaluada por las autoridades sanitarias. Solo es recomendable en momentos de emergencia. De todos modos, la medida no es suficiente”, remarcó.

Desmitificando una de las grandes creencias que circulan sobre el Aedes aegypti, Ferrarotti resaltó que no habita en charcos, zanjas o depósitos de agua estancada, donde se crían otras especies de mosquitos. Según dijo, los huevos y larvas del vector permanecen viables en agua limpia. “Los huevos pueden resistir el invierno hasta agosto o septiembre adheridos a las paredes de los recipientes y objetos que acumulan agua en las casas, las obras en construcción y los cementerios, como así también en la chatarra que se junta o los neumáticos en desuso”, ilustró.  

Por ese motivo, algunas de las medidas de prevención son mantener los patios y jardines desmalezados; rellenar los huecos de tapias y paredes donde se pueda juntar agua de lluvia; enterrar o deshacerse de todo tipo de basura o recipientes inservibles como latas o llantas; colocar boca abajo los recipientes útiles que puedan acumular agua o ponerles una tapa; eliminar el agua de los platos, portamacetas y colectores de desagües de aire acondicionado; tener limpias, cloradas o vacías las piletas; usar mosquiteros en las ventanas y puertas de la vivienda; usar repelente en la piel expuesta y la ropa con aplicaciones cada 3 horas; ponerse ropa de mangas largas y pantalones largos para actividades al aire libre; y utilizar espirales o tabletas en los domicilios.