Situación de calle en América Latina: una realidad, por el momento, invisibilizada

A lo largo de cinco días consecutivos y en formato híbrido, se llevó a cabo una conferencia internacional sobre esta temática. Participaron especialistas de la Argentina, Uruguay, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Brasil y España.

23-11-2022

Los expertos reunidos en la II Jornadas sobre Situación de Calle en América Latina coincidieron que la ausencia de datos estadísticos que reflejen esta realidad atenta contra la puesta en práctica de políticas públicas que satisfagan las demandas de hombres, mujeres, niños y adolescentes que atraviesan el denominado sinhogarismo. La actividad se desarrolló del 14 al 18 de noviembre en formato presencial en la Sede de Posgrados de la Universidad y a través del Canal de YouTube de la UNTREF.

Para el docente de la Maestría en Políticas Sociales Urbanas y director de proyectos de investigación sobre exclusión socio-residencial, Santiago Bachiller: “La ausencia de datos es sinónimo de violencia institucional, no solo porque la generación de estadísticas e informes es una obligación incumplida por los distintos niveles estatales sino, también, porque no garantizar su disponibilidad y acceso público constituye la invisibilización del fenómeno”. Este desconocimiento sobre la población a la que es necesario intervenir produce, según Bachiller, la imposibilidad de erradicar al sinhogarismo. Además manifestó: “Las universidades pueden ser un actor clave para generar información relevante, para evaluar las políticas públicas y para lograr que el fenómeno de calle sea prioridad en la agenda política”.

En relación con las diferencias y similitudes para tratar este tema en el interior de cada país, el especialista remarcó: “El grado de importancia que se le asigna al tema en la agenda pública es muy desigual. Chile y Costa Rica lograron políticas nacionales que generaron expansión de recursos y presupuesto, mientras que en otros la política nacional existe en lo formal pero se limita a las metrópolis, como Brasil o Colombia”.  Además, elogió el trabajo y la “fuerza” de las organizaciones sociales de Buenos Aires para divulgar esta realidad.

El evento fue organizado por la UNTREF, a través de su  Centro de Estudios e Investigación en Políticas Sociales Urbanas (CEIPSU), por la Universidad Autónoma de México (UNAM) y por el Centro de Investigación e Incidencia (CISCAL) de Chile.

Bachiller agregó que, a fines de 2021, se sancionó en nuestro país la Ley Nacional para Personas en Situación de Calle y Familias sin Techo (27654/2021). Aunque sostuvo que el espíritu de la legislación es progresista, señaló que existe el peligro de que la misma no supere el plano formal. “En Buenos Aires, por ejemplo, en 2010 se sancionó la Ley 13956 pero, ante la falta de presupuesto, ningún municipio la aplicó. Por su parte, CABA incumple sistemáticamente varios puntos de su legislación”, sostuvo. A pesar de estas deficiencias, el experto de la Universidad valoró los “avances significativos” asociados con la nueva Ley Nacional y elogió la novedad que presentó el Censo Nacional de Población y Hogares y Vivienda, realizado por el INDEC, que incorporó por primera vez el anexo para personas en situación de calle.

En esta segunda edición de las jornadas, se presentaron 12 mesas que contaron con unas 70 ponencias, algunas académicas y otras que recogieron experiencias territoriales de organizaciones tanto estatales como de la sociedad civil. El conjunto de las ponencias propuso claves para entender la complejidad de la problemática, sus dilemas y tensiones y los alcances y limitaciones de las herramientas, programas y políticas de intervención para superarla. Refugios nocturnos, la situación de jóvenes y niños, el trabajo de las organizaciones sociales, la salud, las políticas públicas, los consumos problemáticos, los usos del espacio urbano, el género y las mujeres en situación de calle, las múltiples formas de violencia vividas en la calle, el impacto de los movimientos migratorios y la muerte en la calle fueron algunos de los temas que atravesaron las ponencias.

Para Ignacio Eissmann, sociólogo y Magíster en Gobierno y Sociedad por la Universidad Alberto Hurtado de Chile, existen soluciones a corto, mediano y largo plazo; así diferenció la provisión de alojamientos –una medida a corto plazo- de la superación de la situación de calle –algo que forma parte de las soluciones a largo plazo-. Al igual que Bachiller, sostuvo: “Sin información no es posible dimensionar de qué trata este problema, tanto para caracterizarlo como también para saber cuántas personas son y cómo funcionan las políticas públicas”. “También es importante que estos registros consideren las particularidades de la población, así como que incluyan, por ejemplo, perspectiva de género de modo tal que no se invisibilicen las subpoblaciones”, destacó.

El experto chileno presentó la existencia de una “situación oculta”, es decir, lo que no se ve de la vida diaria de quienes viven en la calle o en albergues. Asimismo, destacó que existen dos etapas: por un lado, la prevención para aquellos que viven en contextos de vulnerabilidad y exclusión y para los que se encuentran en una situación de alto riesgo de pérdida de vivienda y, por otro, la etapa de superación para quienes atraviesan una situación de calle en viviendas transitorias y para los que ocupan albergues de emergencia o, directamente, viven en la vía pública.

De cara al futuro, Santiago Bachiller concluyó: “Para erradicar definitivamente el fenómeno de calle es preciso adoptar medidas estructurales y de largo plazo. Si no intervenimos exitosamente en el modo en que el mercado del suelo y la vivienda o el mercado del trabajo expulsa a millones de personas y si no garantizamos políticas universales de calidad en materia de educación y salud, ciertas medidas lograrán que muchas personas superen su situación de calle pero, entonces, otras los reemplazarán”. “El punto es comenzar a desarrollar líneas de prevención, un aspecto abandonado en nuestros países. Se trata de entender que la estadía prolongada en la calle genera un conjunto de problemas que no solo son humanamente intolerables sino que, para el Estado, resultan mucho más difíciles de resolver e, incluso, son económicamente más onerosos”, finalizó el académico de la UNTREF.