Japón y Argentina: cocina, acción comunitaria y arte en el KM 0 de BIENALSUR

01-12-2023

La muestra “BIENALSUR + TURN 2023 en colaboración con la ciudad de Urayasu. Cocina, acción comunitaria y arte” se inauguró el 2 de diciembre en MUNTREF Sede Hotel de Inmigrantes.

El trabajo exhibe los resultados del intercambio realizado este año por el artista argentino Max Gómez Canle, la cocinera autodidacta japonesa Aya Hirata y el artista y académico japonés Katsuhiko Hibino con miembros de las comunidades de Urayasu, en Japón, y de la Casa Comunitaria Rodríguez 2 Vientos de libertad-MTE (Movimiento de Trabajadores Excluidos), en la localidad argentina de General Rodríguez.

La curaduría de esta exposición está a cargo de Diana Wechsler, directora artística de BIENALSUR, del japonés Katsuhiko Hibino, creador de TURN, y cuenta con la curaduría adjunta de la argentina Marisa Appendino.

El KM 0 de BIENALSUR es epicentro de una iniciativa surgida de TURN, el proyecto artístico creado por Katsuhiko Hibino, decano de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de las Artes de Tokio, en busca de fomentar el intercambio de conocimiento y tradiciones entre comunidades minoritarias para celebrar las diferencias entre los seres humanos y las culturas.

Puesto en marcha en 2015 como uno de los principales proyectos del gobierno metropolitano de Tokio en el programa cultural de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de esa ciudad, TURN generó en su encuentro con BIENALSUR, una serie de intercambios que se renovaron en cada una de las ediciones de la bienal.

En 2017 artistas de Japón, Argentina y Perú realizaron residencias en distintas instituciones sociales y comunidades locales intercambiando técnicas y costumbres artesanales tradicionales. En 2019 Hibino trabajó con la comunidad Quilmes de Amaicha del Valle, un pueblo y sitio arqueológico e histórico de los Valles calchaquíes, ubicado a 2.000 metros sobre el nivel del mar, en Argentina, donde compartieron saberes originarios. Y en 2021, plena pandemia, Hibino y Wechsler continuaron con la iniciativa a través de una presentación virtual.

MUNTREF Sede Hotel de Inmigrantes exhibe un registro material y audiovisual del intercambio llevado adelante en octubre pasado en Urayasu, Japón, y del que se realizó del 20 al 30 de noviembre en General Rodríguez, Argentina, mediante actividades que implicaron conocer la cultura, tradiciones y costumbres populares asociadas con las cocinas locales.

El programa TURN + BIENALSUR de este año tuvo que ver con unir gastronomía, costumbres alimenticias y arte; y Max Gómez Canle investigó la cultura alimenticia de Urayasu junto a Aya Hirata, un proceso que involucró desde ir al supermercado o a una feria, hasta conocer cómo hacen allí las viandas para las escuelas, entrar en una casa de familia para ver cómo cocinan y comen o presenciar encuentros de jubilados los domingos para hacer bacon ahumado.

A partir de esa investigación, Gómez Canle desarrolló dos talleres vinculando arte y alimentación para la comunidad de Urayasu y una muestra con algunas de sus obras en una casa histórica del lugar.

El artista eligió una premisa que trabaja en la docencia pero que no aparece a simple vista en su obra y que tiene que ver con pensar un origen común entre cocinar, dibujar y pintar, a partir de un relato que involucra una historia muy amplia de la humanidad y que va hacia lo particular. Imaginó un primer fuego en una cueva y trabajó con el subproducto de eso: el alimento, el reunirse alrededor de esas llamas, el carbón con el que también se dibuja y se pinta, o la grasa de la comida mezclada con tierras que fueron las primeras pinturas.

Una de las características de Urayasu, la ciudad adonde Gómez Canle e Hirata realizaron el primer intercambio, es que a partir de tierras ganadas al mar donde se instaló la empresa de entretenimiento Disney Tokio tuvo un crecimiento muy grande, tanto en superficie como en población, y ahora es una ciudad dormitorio donde vive mucha gente que trabaja en la capital japonesa que presenta un ritmo cotidiano muy alejado al del tradicional pueblo de pescadores que fue, marcado por cuestiones como el desarraigo, la soledad y la identidad.

Con la idea de generar comida, arte e imagen a partir de los mismos ingredientes, la muestra expone materiales producidos en aquella experiencia, "como los mapas hechos sobre el mantel de tela de la mesa donde la gente de Urayasu se reunía a comer, dibujados con el mismo carbón que usaron para cocinar; o adaptaciones de esas obras, realizadas por una comunidad muy distinta, situada a más de 18 mil kilómetros de distancia, en General Rodríguez, Argentina", explica Gómez Canle.

Vientos de libertad es una organización comunitaria, social y política que brinda acompañamiento integral a jóvenes de barrios populares con problemáticas de consumo que deciden hacer un proceso de transformación.  Allí Gómez Canle y la curadora argentina Clarisa Appendino, junto a Hirata e Hibino, completaron este intercambio de saberes y experiencias, como conocer la milenaria ceremonia del té acompañada por tortas fritas, o retomar aquel mantel de Urayasu desde General Rodríguez, con otro que los talleristas argentinos firmaban con sus nombres traducidos al japonés, "algo que para nosotros es un dibujo", advierte el artista.

También se exhibe un mural en el que aparecen recetas, palabras y dibujos que estuvieron rondando en el proceso de este intercambio entre Japón y Argentina. Al tiempo que a través del montaje y, sobre todo, dándole voz a los talleristas de General Rodríguez, se busca dar cuenta de la idea de ronda que implica el fuego y el estar alrededor de una mesa.

"Motorizar actividades de encuentro y expansión del campo del arte permite encontrarse en contextos que van mucho más allá del arte, una porosidad que activa cuestiones como la reconstrucción de la identidad, la tradición y el pasado en cada una de las personas que participan. El arte –subraya Appendino- no es algo cerrado en sí mismo, históricamente ha tenido vínculos con otras disciplinas y esferas de lo social, algo que aquí se evidencia”.