Claves para lograr financiamiento en los proyectos de archivística

En el segundo encuentro del ciclo de conversaciones Archivos en Diálogo, especialistas en acervos documentales profundizaron en lo que hay que tener en cuenta para presentarse a las convocatorias.

29-06-2021

La regla de oro para obtener financiamiento de los proyectos de archivística es justificar con solidez los requerimientos que se exigen de manera atenta y detallada. Este es el principal consejo dado por las especialistas reunidas en el segundo encuentro del ciclo de conversaciones online Archivos en Diálogo, organizado por la Diplomatura Virtual en Archivística y Gestión Documental de la UNTREF que cuenta con el apoyo del Archivo General de la Nación (AGN).

Según explicaron, muchas veces las instituciones archivísticas tienen inconvenientes a la hora de postularse a convocatorias de proyectos porque en las presentaciones que realizan suelen desestimar cuestiones que son claves para los evaluadores, pero además afrontan problemas de infraestructura, equipamiento y disponen de pocos recursos humanos calificados. En caso de dudas a la hora de presentarse, sugieren indagar sobre los detalles junto a cada entidad financiadora.

La investigadora del CONICET, Mariana Tello, señaló que existen diferentes tipos de convocatorias y que lo primero es leer exhaustivamente las bases y condiciones de cada una. “Hay que detenerse en quiénes son los beneficiarios y destinatarios de esas convocatorias. Algunas financian archivos públicos, otras archivos privados, por eso tenemos que ver qué tipo de institución es la nuestra y buscar posible alianzas, encontrarle la vuelta estratégica para poder adaptar esa convocatoria a nuestros propios intereses”, ejemplificó.

Otro de los aspectos que destacó es que todas las convocatorias tienen líneas prioritarias, y que si el proyecto no se ajusta a ellas seguramente quedará excluido. “En general, las líneas prioritarias tienen que ver con las desigualdades. Muchas instituciones financiadoras plantean cuestiones de género o de grupos que son discriminados. Tenemos que justificar bien eso, no alcanza con decir que en nuestro lugar de trabajo somos todas mujeres, eso no es un planteo de género en un proyecto”, ejemplificó.

Asimismo, resaltó que hay que ser muy cuidadosos con la presentación del presupuesto y que otro ítem crucial es el del cronograma y la factibilidad. “Los evaluadores se fijan mucho en estas cosas, más ahora en tiempos de covid-19, donde se sabe que hay algunas cosas presenciales que van a ser difíciles de hacer. Si ese subsidio está adjudicado para llevar a cabo un plan de trabajo en un año, tenemos que pensar bien si se va poder hacer en ese tiempo”, aclaró.

La investigadora del CONICET también se explayó sobre un tema que todas las instituciones financiadoras exigen: el de la accesibilidad de los fondos documentales. “Los fondos tienen que estar a disposición del público, a veces eso parece fácil, pero no todas las documentaciones son iguales, muchas tienen trabas éticas y legales”, ilustró. Para ella, si se va a trabajar con un fondo de esa complejidad, “hay que hacer una fundamentación razonada de por qué vamos a poner eso al público, cómo lo vamos a poner y sobre todo qué garantías de acceso le damos a la institución que ofrece los subsidios”.

Por su parte, la directora del Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba, Gabriela Parra, llamó la atención sobre la importancia de involucrar recursos humanos calificados en los proyectos. “Muchas veces en la evaluación vemos que esos proyectos se podrían haber formulado de mejor manera, con más chances de poder competir en una convocatoria, si hubieran asociado a un profesional archivista”, opinó.

Como remarcó, un archivista tiene la formación necesaria para poder generar toda la información específica que en estas convocatorias se solicitan, ya sea datos técnicos, la descripción de la documentación o cómo calcular sus volúmenes. “Estos profesionales nos pueden ayudar a definir los insumos que necesitamos para la ejecución de ese proyecto y especificar las necesidades de infraestructura que vamos a requerir para llevar adelante estas actividades”, continuó.

Sin embargo, dijo que no es tan sencillo incorporar a estos especialistas a las instituciones archivísticas. “A veces tiene que ver con cuestiones presupuestarias o porque en algunas zonas geográficas no hay carreras en la temática, hoy por suerte tenemos esta posibilidad que nos da la Universidad de Tres de Febrero de formarnos a distancia”, indicó.

La directora de Gestión de Fondos de AGN, Samanta Casareto, planteó que en estas convocatorias siempre se pide un diagnóstico de las necesidades de los archivos y que es decisivo pensar en qué condiciones están los acervos documentales y no saltear pasos. “Es frecuente que se pidan proyectos para digitalizar sin haber hecho primero un trabajo de ver el estado de descripción y el estado de conservación de los documentos que vamos a digitalizar. Se piensa pasar por el escáner como una solución mágica, cuando no se hicieron pasos previos importantísimos”, aseguró.

Otra de las participantes, Carina Frid, directora del Centro de Estudios Históricos Parque España de Rosario, aportó algunos detalles sobre los criterios de selección que emplea esa institución para otorgar subsidios destinados a proyectos de preservación documental. Así, contó que se toma en cuenta la relevancia histórica y patrimonial del material a procesar, y que se evalúa especialmente el grado de procesamiento archivístico de los fondos, si hay un trabajo de catalogación previo, de descripción e indización. Otras variables que consideran es el estado de conservación del material y sus indicadores de riesgo, así como los recursos humanos y técnicos que poseen quienes se postulan. 

Finalmente, la coordinadora de la Diplomatura en Archivística y Gestión Documental, Paula Hrycyk, afirmó que todavía la situación de los archivos en Argentina hace que no siempre se pueda encajar en lo que piden determinadas convocatorias. “Eso no quiere decir que estemos solos y que no podamos contar con otro tipo de ayudas o podamos generar otras alternativas que nos permitan, eventualmente, calificar”, ponderó.

En ese sentido, se refirió a la experiencia del Archivo IIAC de la UNTREF. “En nuestro caso, como pertenecemos a una universidad, hemos podido encontrar una salida creativa convocando a los estudiantes de Artes Electrónicas, que tienen mucho conocimiento en materia de digitalización, y a los estudiantes de Historia, que han participado en la catalogación de ciertos fondos”, describió. 

Hrycyk puntualizó que el hecho de que la universidad pudiera pagarles a estos alumnos por sus prácticas preprofesionales hizo que también ellos pudieran pensar que es posible tener un trabajo y un desarrollo en un área como la de los archivos. “Esto nos permitió retraolimentar un proyecto que empezó muy pequeño y que fue creciendo progresivamente”, concluyó.

Los próximos encuentros del ciclo se transmitirán, como siempre, desde el canal de YouTube de la Universidad. El 8 de julio, a las 18:00 horas, habrá un panel dedicado a pensar los archivos públicos y privados con la participación de Aymara Paisi (Archivo Nacional de la Memoria), Eugenia Sik (Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas), Mateo Maiorana (Abuelas de Plaza de Mayo) y Cecilia Estalles (Archivo de la Memoria Trans). Mientras que el 22 de julio, en el mismo horario, el debate girará alrededor de la accesibilidad, la comunicación y la acción cultural, con intervenciones de Ramiro Uviña (Archivo IIAC), María Fernanda Treviño (Asociación Latinoamericana de Archivos) y Anna Torres y Mauricio Genta (wiki Argentina).

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