El arte instalativo y la transformación de los espacios

En el segundo encuentro del Programa de Formación Docente en Artes, referentes del videoarte y del arte sonoro hablaron de las posibilidades que ofrecen las instalaciones para repensar el lugar que habitamos.

27-08-2021

Las instalaciones artísticas y su potencia para resignificar los espacios e interpelar a los espectadores fueron los ejes del segundo encuentro del Programa de Formación Docente en Artes organizado por el MUNTREF, que tuvo como invitados especiales a la videoartista y codirectora de la Bienal de la Imagen en Movimiento (BIM), Gabriela Golder, y al compositor y artista sonoro, Julián Di Pietro.

Golder comentó que en su caso el videoarte es indisociable del ámbito en el que se proyecta. “Me di cuenta de que no era solo esta pantalla y esta temporalidad, sino que era un espacio. La videoinstalación es un lenguaje espaciotemporal”, definió la videoartista y curadora. Como indicó, esa ubicación en el espacio puede tener múltiples variantes. “Al pensar en el espacio tenemos que pensar en el adentro y el afuera, en el ámbito, la superficie de proyección, en si eso va a ser exhibido en una pantalla o no. Me encanta proyectar en el espacio público, ocupar las fachadas de la ciudad para decir, como artista y como activista”, relató.

En su presentación, Golder recorrió algunas de sus obras para mostrar la importancia que este concepto tiene en su producción. Así, se refirió a la videoinstalación Reocupación, de 2006, montada en el edificio del Correo Central antes de que se convirtiera en el Centro Cultural Kirchner. “Es un primer trabajo que hice con trabajadores estatales despedidos durante los años noventa. Acá el concepto de ocupación en el espacio es muy importante. En este caso era perfecto, el Correo había sido privatizado y son los cuerpos de esos trabajadores en cinco pantallas ocupando ese espacio, en un tamaño mucho mayor al real. Son cuerpos que están instalados de una manera contundente, en algunos casos cuentan la historia de su despido en YPF o Ferrocarriles Argentinos, en otros, los movimientos de trabajo por fuera del ámbito productivo”, dijo sobre el proyecto.

En una línea similar, habló de Multitud, una obra de 2008 de un solo canal y una sola imagen ralentizada. “Varios seguramente recuerdan esta imagen de la crisis de 2001. Gente arrojándose sobre comida. Un supermercadista chino había sacado la comida a la calle y cerrado su local para evitar el saqueo. El movimiento de esa gente que está tirándose sobre la comida es hiperlento. Algo que también me interesa es forzar la temporalidad. Es una imagen casi fija pero no, se precisa de mucha atención para ver estos posibles movimientos, en mis trabajos busco mucho deconstruir los gestos”, relató.

Pero además de tratar temas como la desocupación y la pobreza en sus obras, Golder ha producido piezas que acompañaron la lucha de los feminismos, como es el caso de Concierto Diurno, de 2006, que muestra a tres mujeres rompiendo platos en loop. “El loop es parte del concepto, son mujeres que tiran indefinidamente platos. Acá no hay linealidad, la idea era mostrar mujeres que tiran infinitos platos durante un tiempo infinito, capturando el gesto del hartazgo”, ilustró.

Por su parte, el artista sonoro y compositor Julián Di Pietro indicó que en el caso del sonido ocurre algo similar. “Entiendo el sonido siempre como sitio especifico, porque para mí algo fundamental en el sonido es el espacio. Todo lo que escuchamos está resonando en un espacio”, compartió. Di Pietro relató que su especialidad son las grabaciones de campo enmarcadas bajo la idea del paisaje sonoro, un abordaje que apunta a crear discursos sonoros en pos de profundizar, entender y escuchar las cosas de otra manera.

Para ilustrar, el músico se refirió a una de sus obras que mezcla grabaciones de la línea E de subte con grabaciones en una playa de Puerto Madryn, relacionando comportamientos de los trenes con comportamientos del agua. "Cuando uno está en el subte o la playa se suele escuchar en función de la comunicación, que es hablar con otra persona, o de alguna utilidad, por ejemplo se puede estar atendiendo a la comida que tengo que hacer cuando llegue a casa. El sonido es algo que nos acompaña pero que no está en una escucha creativa. Uno no escucha los subtes diciendo que cuando llegan empiezan a resonar los cables y que eso genera tal cosa", describió.

Di Pietro remarcó que es igual de importante escuchar las cosas que están en primer plano como aquellas que aparecen en el plano más lejano. "En principio una grabación parece plana, porque se transforma en un archivo de audio, pero uno la puede pensar como un montón de informaciones", aseguró. El artista sonoro destacó que busca promover una escucha profunda. "Es empezar a pensar todo el universo que nos rodea, que es como una especie de gran música y gran partitura que suena y suena. Eso que suena todo el tiempo hay que tratar de escucharlo, en lo instalativo me interesa eso", cerró.

Coordinando el encuentro estuvieron las docentes Vali Guidalevich y Valeria Traversa, que repasaron las características principales del arte instalativo a través de obras de Marta Minujín, Julio Le Parc, Olafur Eliasson, Leandro Erlich, Eduardo Basualdo, Anish Kapoor y James Turrell, entre otros. Para ellas, es un tipo de arte que permite una gran variedad de materiales y soportes, así como cruces conceptuales con otras disciplinas, pero lo que lo hace especialmente apto para la educación es su presencia inevitable en el espacio y su enorme capacidad para involucrar al público.