Para lograr la equidad de género en el deporte hay que deconstruir los estereotipos

En un debate organizado por la Universidad, Jorgelina Bertoni, Carolina Luján, Natalia Espinosa y Paula Reggiardo hablaron de los prejuicios que alimentan las desigualdades entre hombres y mujeres y las situaciones de violencia en este campo.

25-09-2020

Las reconocidas atletas Jorgelina Bertoni, Carolina Luján, Natalia Espinosa y Paula Reggiardo participaron de un debate organizado por la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil y analizaron aspectos como la falta de oportunidades que se les presentan a las mujeres para acceder a la práctica deportiva y a los espacios de toma de decisiones, la desigualdad salarial respecto de los hombres y las situaciones de acoso, indicando que la deconstrucción de los estereotipos es clave para transformar esa realidad. 

La ex Leona de la selección nacional de hockey y actual jefa de Gabinete de la Secretaría de Deportes de la Nación, Jorgelina Bertoni, definió al deporte como una actividad históricamente reservada para el hombre y comentó que las mujeres se han ido incorporando muy gradualmente. “La participación de la mujer sigue siendo desigual en el mundo del deporte, pero esa brecha de género se amplía aun más en los espacios de toma de decisiones y de representación. Recién hoy tenemos nuestra primera secretaria de deporte mujer, y tres secretarias de deportes provinciales en todo el país. Esto no derrama y tenemos que seguir trabajando”, señaló en la charla titulada Deporte y género. Nuevas miradas, nuevas perspectivas en el nivel universitario, transmitida por el canal de YouTube de la UNTREF. 

Según ella, esa inequidad persiste porque hay una construcción cultural que establece que el poder es un atributo de los hombres, y dijo que una de las grandes barreras son los estereotipos de género. Estos estereotipos, explicó la funcionaria, asocian a las mujeres con la sensibilidad, la maternidad, el cuidado, la emotividad y el espacio privado, y a los hombres con la fortaleza, la actividad, el control, la racionalidad y el espacio público.

“Son barreras porque así como nos dicen qué se espera de ser varón y qué de ser mujer, también hay disciplinas consideradas más para los varones y más para las mujeres, y eso atenta contra el desarrollo total del deporte. Es cierto que hubo una apertura, las mujeres se han incorporado al fútbol, pero hay muy pocos hombres que se dedican al ballet”, remarcó. 

La ex Leona destacó que estos prejuicios están alimentados por los medios de comunicación, que en lugar de destacar los logros de las mujeres deportistas tienden enfocarse en sus rasgos corporales y en su belleza. Asimismo, expresó que las mujeres tienen que demostrar su capacidad para ocupar los lugares, a diferencia de los hombres que llegan a esas posiciones sin tener que dar cuenta de nada. 

“Somos el 50 % de la población y por lo tanto tenemos que trabajar en igualdad y participar en igualdad. Hemos nacido diferentes y somos diferentes, el problemas es que esas diferencias se han transformado en desigualdades que permanecen”, reflexionó. Además, señaló que el deporte es un espacio de socialización y de formación de identidades, y en ese sentido dijo que abre puertas para reconfigurar las masculinidades. “Es necesario que pasemos de las masculinidades que se referencian en lo viril y lo fuerte y que pueden usarse fuera del campo de juego de una manera que no corresponde, a masculinidades amorosas y relacionales”, opinó. 

En cuanto a la disparidad de ingresos, indicó que a nivel global, en una misma tarea una mujer cobra un 27 % menos, y que eso también se refleja en el deporte, sobre todo en los que han alcanzado la profesionalización. Pero también explicó que en la práctica amateur las mujeres padecen limitaciones en la posibilidades de la grilla horaria, del acceso a las canchas, lo entrenamientos y la infraestructura deportiva. 

“Por eso es tan importante que las políticas públicas y los programas de las universidades tengan perspectiva de género, para empezar a cambiar estas desigualdades. Cuando una mujer avanza, ningún hombre retrocede, se mejora la sociedad y es ganancia para todos”, enfatizó.

Por su parte, la ex jugadora del seleccionado nacional de vóley femenino e integrante del colectivo Doble Cambio, Natalia Espinosa, ahondó en la brecha salarial y brindó datos de una encuesta realizada por la agrupación de la que forma parte. El sondeo, realizado a jugadores y jugadoras de vóley, confirmó que los hombres cobran 10 veces más que las mujeres. “El promedio nos dio que los hombres cobran 35185 pesos por mes y las mujeres, 3507 pesos. De todas las mujeres relevadas, el 92 % de las jugadoras que juegan en el máximo nivel, en la Liga Nacional, no llegan al salario mínimo, vital y móvil. Y de ese 92 %, el 35 % directamente no recibe plata”, detalló. 

Las estadísticas aportadas por Espinosa impactan más si se toma en cuenta que actualmente en el vóley federado argentino la presencia femenina duplica a la masculina. La coordinadora de la Diplomatura Universitaria en Enseñanza del Ajedrez de la UNTREF y Gran Maestro Internacional Absoluto, Carolina Luján, también se detuvo en algunos números y apuntó que a diferencia del vóley, en su disciplina las mujeres son una minoría notable. 

“Las mujeres del padrón federado tanto en Argentina como a nivel mundial no llegamos al 10 %. Y dentro de lo que es el alto rendimiento, somos aún menos. En el listado mundial, entre los primeros mil puestos del ranking, solo hay 12 mujeres”, informó. Repasando su trayectoria, recordó algunas situaciones de acoso. “Era habitual ir a los torneos y que los viejos verdes vinieran y te tiraran onda. Yo era menor de edad, y ellos eran unos acosadores, y eran cosas que estaban naturalizadas. Con muchas de mis compañeras dejamos de ir a ciertos clubes porque era insoportable, querías ir a jugar al ajedrez y tenías que bancarte todas esas cosas. Eso fue mejorando por la lucha de muchas de nosotras”, relató. 

La directora técnica del Seleccionado Argentino Universitario de Básquet Femenino y ex jugadora del Seleccionado Argentino de Básquet Femenino, Paula Reggiardo, fue otra de las invitadas, y en su presentación enfatizó que hay que ampliar las posibilidades de estímulos, recursos y formación para las mujeres. “En el básquet hay una máxima, el femenino entrena martes y jueves y el masculino lunes, miércoles y viernes. Ahí ya partimos de un estímulo menos semanal en toda tu vida. ¿Por qué no plantear que un entrenamiento a la semana sea mixto?”, se preguntó.

Reggiardo también se refirió al destrato y los gritos como situaciones naturalizadas en el deporte. “Puedo estar exigiéndote un montón de cosas sin violencia. Podemos aguantar fatiga, cansancio, tener una fortaleza mental, eso se entrena, pero lo otro no tiene nada que ver, y está todo mezclado en el deporte. Creo que desde la formación de las más chiquitas es que se puede dar el cambio, por eso abogamos por la Educación Sexual Integral”, evaluó. 
 
Acompañando la transmisión estuvieron el secretario de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil, Gabriel Asprella, y la coordinadora de Deportes de la Universidad, Teresa De Cianni. Asprella manifestó que este tipo de actividades se enmarcan dentro de las preocupaciones y ocupaciones que tiene la Universidad. 

“Estas posibilidades de diálogo son instancias para seguir aprendiendo en lo personal y en lo institucional. Tenemos que adentrarnos en miradas que permitan desnaturalizar determinados esquemas, preconceptos y condicionantes de modo de poder construir una vida social mas igualitaria y respetuosa de las identidades”, ponderó. De Cianni coincidió en que dentro del deporte hay muchas estructuras que deben modificarse y remarcó que se trata de una actividad esencial para el ser humano. “El deporte es un derecho tanto en el ámbito formal como en el no formal. Y nuestra Universidad en eso está ampliamente comprometida para que sus estudiantes, docentes, no docentes y la comunidad en general pueda disfrutar de estos espacios”, concluyó. 

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