Crear una inteligencia colaborativa, clave en un contexto de impulso digital

En una nueva entrevista de EnfoqueUNTREF, la docente de la Universidad Claudia Kozak dialogó sobre la necesidad de dejar de lado la fascinación y analizar críticamente el uso de las nuevas herramientas digitales.

10-05-2023

Para Claudia Kozak la tecnología muchas veces es observada desde el lado de la fascinación y carece de una mirada crítica que permita analizar en qué sentido su uso puede llegar a ser perjudicial para la comunidad. “Dejemos de lado la fascinación e investiguemos cuáles pueden ser los usos correctos e incorrectos de la tecnología”, destacó la directora de la Maestría en Cruces de Narrativas Culturales en una nueva edición del ciclo EnfoqueUNTREF. “Se generó un gran debate que tiene que ver con la fascinación y, a su vez, los temores que provoca la Inteligencia Artificial (IA). Si nos ubicamos del lado de la fascinación, nos quedamos sin una mirada crítica y, ciertamente, vemos que pocas personas se pusieron a investigar cuáles son los beneficios de la Inteligencia Artificial”, dijo Kozak que también es docente de la Maestría y Especialización en Humanidades Digitales.

Durante la entrevista, Kozak hizo referencia a la herramienta ChatGPT, prototipo que se especializa en el diálogo vía IA. Se trata de un modelo con más de 175 millones de parámetros que se encuentra entrenado con grandes cantidades de textos para realizar tareas con el lenguaje, desde la traducción hasta la generación de un escrito. La IA se entrena en base a textos, se le hacen preguntas y se le añade información para que luego sus algoritmos puedan entender lo que se le está preguntando y generar respuestas de una manera relativamente coherente. Ante esto, la docente de la Universidad manifestó que en la actualidad prevalece el “uso por el uso”, sin un análisis previo que permita identificar qué es lo que se le puede preguntar y qué es lo que puede responder este tipo de herramientas. “Esto se enmarca dentro de una mirada técnica del mundo pero deberíamos poder establecer una mirada tecnosocial”, argumentó la especialista.

 

 

Se considera “tecnología social” a todo producto, método, proceso o técnica que es creado para solucionar algún tipo de problema social. Poseer una mirada tecnosocial, entonces, implicaría que la tecnología sea utilizada para beneficiar o solucionar problemas que surjan en la sociedad. Kozak, en este sentido, se preguntó: “¿Seremos capaces de producir una inteligencia colaborativa en la que las personas y las máquinas exploren el conjunto?”. Para ella, lo ideal sería enseñarle a la IA a partir de una serie de datos que nosotros mismos le facilitemos, para que produzca resultados acordes a nuestros requerimientos.

Por otro lado, la entrevistada también hizo referencia al concepto de literatura digital, siendo esta un tipo de literatura nacida a partir de alguna programación y un código para que luego una herramienta tecnológica la convierta en textos, imágenes y sonidos que puedan ser vistos desde dispositivos digitales. “La literatura digital nació hace aproximadamente 70 años. En 1952 el ingeniero informático Christopher Strachey, pionero en IA, escribió un programa para generar lo que se conoce como love letters o cartas de amor. A partir de un algoritmo creado para tal fin, la computadora fue ofreciendo distintas versiones de estas cartas de amor”, explicó Kozak.

El desarrollo de la IA es innegable y tuvo como uno de sus hitos fundacionales, además de lo logrado por Strachey, el programa Deep Blue de IBM que derrotó al campeón mundial de ajedrez Garry Kasparov en una partida de ese juego. Esta fue una de las primeras veces en las que una máquina superó a un ser humano en una tarea considerada altamente cognitiva.

Dada esta situación, Kozak considera que es necesario generar un debate para analizar críticamente el avance de estos conocimientos. “Creo que las universidades públicas tienen el desafío de intervenir en los debates contemporáneos desde la producción de conocimientos hasta la crítica de los mismos. Se trata no solo de seguir la corriente sino de intervenir en este proceso”, concluyó la experta.